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Como preparar una buena Bechamel

La salsa Bechamel es una «salsa madre», base de muchas salsas y muy polivalente, aunque es de origen francés, se ha integrado perfectamente en la gastronomía universal. Es esencial para platos como las croquetas, los canelones o las espinacas a la crema y muy habitualmente empleado en el día a día, para convertir jugos en salsas o dar cremosidad a las sopas.

Salsa Bechamel

La salsa bechamel, también conocida como salsa blanca, es una salsa clásica de la cocina francesa, ideal para combinar con pastas o vegetales. Además, puede prepararse en unos pocos minutos.

  1. 500 ml leche completa

  2. 30 g mantequilla sin sal

  3. 30 g harina de trigo

  4. 5 g ajo (fresco y pelado)

  5. 2 und laurel

  6. 2 g nuez moscada

  7. 3 g sal

  8. 0,5 g pimienta blanca molida

Con la manteca y el harina se preparará un roux claro. Para esto fundir la manteca en una olla e incorporar todo el harina, mezclando con batidor. Una vez listo reservar.

Llevar la leche a hervir con el ajo (el diente entero), laurel, nuez moscada, sal y pimienta (tomará unos minutos).

Cuando hierva, agregar al roux, siempre mezclando con batidor. Unos dos minutos después volverá a hervir; en este punto bajar el fuego a mínimo, dejar de revolver con el batidor y pasar a hacerlo con espátula. Esto permitirá que la salsa se ponga más espesa.

Estará lista luego de 3 o 4 minutos. Recordar quitar la hoja de laurel y el diente de ajo.

Si se desea guardar la salsa bechamel para más adelante, deberá hacerse cubriéndola con una lámina de papel film en contacto con la salsa. Esto es para que no se forme una película de salsa reseca en la parte superior.

Trucos para una bechamel sin grumos:

Tamizar la harina antes de empezar la preparación ayudará a minimizar el riesgo de que se formen grumos. Para ello podemos usar un tamiz o un colador, por el que pasaremos la harina dando golpecitos.

Derrite la mantequilla a fuego lento y añade la harina cuando se haya derretido. Es importante dejar que se dore un poco para que no sepa a harina cruda. Hay que remover la harina con la mantequilla hasta que se separe de las paredes del cazo.

Es importante calentar la leche antes de añadirla a la mezcla, también debemos recordar echarla poco a poco, sin dejar de remover.

Si hay muchos grumos en el momento de la mezcla, podemos apartarla del fuego y deshacer los grumos con unas varillas. Luego volveremos a poner la mezcla en el fuego, pues debemos dejarla cocer durante unos 15 minutos ¡Siempre sin dejar de remover!

Si a pesar de todo al final quedan grumos, siempre podemos usar la batidora para disolverlos.

Otros consejos

La cantidad de harina y mantequilla debe ser siempre la misma. Solo variaremos la cantidad de leche, según nos interese una bechamel ligera, por ejemplo para unos canelones o una lasaña… o una crema para las croquetas.

Como veis se trata de una receta muy sencilla y la importancia está en los detalles. La calidad de la mantequilla y la leche, por ejemplo. En el caso de usar especias, como pimienta o nuez moscada, lo mejor es rallarlas al momento.

Curiosidades

Los orígenes de la salsa Bechamel no están nada claros y, como todas las cosas buenas, muchos quieren atribuirse el merito de su invención. La primera vez que aparece descrita es en el libro de cocina del cocinero de Luis XIV en 1651, aunque se considera que procede de una receta más antigua, que llegó a Francia de la mano de los cocineros italianos que acompañaban a Catalina de Médici. Otra versión atribuye la invención de esta salsa al cocinero del duque Louis de Béchameil.

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